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No somos lo que hacemos mal

Semilla de Crecimiento

No somos lo que hacemos mal

 

Para vivir bien, es importante separar nuestros errores de nuestro ser

Hay personas que pasan mal en la vida porque identifican su persona con lo que les sale mal. Por ejemplo, dicen “no pude lograr tal objetivo, por lo tanto no soy bueno en nada”. Es más justo decir “no pude lograr ese objetivo, pero voy a comenzar a prepararme para lograrlo la próxima vez”. No lograr un objetivo no nos hace “malas” personas.

Es más justo pensar que -en esencia- somos buenas personas con buenas intenciones. Sin embargo, como somos seres imperfectos es natural que algunas veces las cosas no salgan como nos hubiese gustado, pero eso no nos disminuye, o nos hace una mala persona.

Uno de los motivos por los cuales pensamos que “somos lo que hacemos mal”, es porque posiblemente atribuimos a un solo factor el hecho que algo no salga como nos hubiese gustado. Por ejemplo, cuando una persona fallece durante una operación quirúrgica, se puede pensar que lo sucedido es responsabilidad del médico, sin embargo, como sabemos con certeza que la persona falleció a causa de una acción del médico? Quizás el cuerpo de la persona no aguanto el procedimiento o las medicinas, u otras enfermedades le jugaron en contra, hubo un impacto de la edad, etc. En algunos casos es posible que exista una impericia médica, pero ante la ausencia de una evidencia meridiana, no es justo culpar lo sucedido a un solo factor.

Como somos seres imperfectos, y solo Dios es perfecto, no es útil tratar de buscar un solo factor o una sola respuesta a un hecho que puede tener varias aristas.

Otro ejemplo es cuando una persona cocina una comida que no le sale rica. Hay personas que se culparían por varios días y semanas que “ellos son inútiles, que no saben cocinar, etc.”, sin embargo muchos factores pudieron haber afectado, por ejemplo la calidad de los ingredientes, el exceso o carencia de calor, el clima, la manera de mezclar los ingredientes, etc.

¿Por qué entonces culparse de algo cuando no se tiene certeza?

Además que no es saludable vivir con culpa,  como realmente podemos  tener certeza si no somos Dios para saber lo que realmente sucedió?

Si algo nos sale mal en la vida diaria, es más útil analizar con sinceridad todos los factores que podrían haber afectado.  No es útil tratar de buscar “la única y gran respuesta”. Es mejor buscar varias respuestas y luego tratar de mejorar en todos los factores o respuestas que pudieran haber afectado el mal resultado. Sería muy normal hallar que en todos los factores se puede mejorar, especialmente en aquellos factores que están directamente bajo nuestro alcance e influencia.

El pensamiento “somos lo que hacemos mal”, puede parecer sin importancia, pero evaluemos el impacto que puede tener una culpa acarreada por años, por ejemplo: En un divorcio una de las parejas se culpa por varios años –o toda una vida - por el divorcio,  o culparse por una enfermedad o por  la muerte de un ser querido.

Cuando estemos por buscar culpables por algo que no salió bien, hagámonos la pregunta:

¿Cuántos factores pudieron haber afectado algo que sucedió?

Hacernos ese tipo de pregunta nos traerá tranquilidad, bienestar y  paz interior.

Artículo escrito por Guido R. Britez Balzarini, publicado en ABC el 12/May/2014