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Las adversidades

Semillas de Crecimiento

 

Las adversidades

 

 

Tenemos la expectativa que en nuestras vidas todo va a salir según  lo planificamos, sin embargo, esto no siempre es posible dado que todos los seres humanos somos vulnerables, es decir estamos sujetos a posibles perjuicios.

 

Vivir la vida implica estar expuesto a accidentes, enfermedades,  adversidades económicas, muerte de seres queridos o sueños no logrados. Por lo tanto, para tener paz interior, es necesario aceptar esos eventos sobre los cuales carecemos de control, y al mismo tiempo desarrollar maneras de “manejarlos”.

 

¿Que hacer para enfrentar las adversidades y aun así conseguir bienestar?

 

1. Aceptar nuestra vulnerabilidad y no “pelearse” con la adversidad: Lo paradójico aquí es que somos más fuertes cuando aceptamos nuestra propia  vulnerabilidad. No aceptar  que somos vulnerables nos hace vivir en el miedo y hace más difícil enfrentar las adversidades.  Estamos mejor equipados cuando las aceptamos, lo cual no quiere decir estar de acuerdo, sino que aceptamos la realidad.

 

2. “Sentir el dolor” y al mismo tiempo tratar de “salir adelante”. No es sano ocultar el  impacto de una  adversidad en nuestras vidas o emociones.  “Disfrazarlos”  con adicciones solo demora el proceso de dolor, y no lo elimina. Es importante “pasar por periodo de duelo” por el tiempo que sea necesario.

 

3. Sin embargo,  sufrir 100% del día por una adversidad” no es recomendable.  Es más útil sentir un dolor en una determinada porción del día y gradualmente  en otra porción del día volver a la rutina. Observo que culturalmente está bien visto “lamentarse todo el día”, quizás por meses o años. Eso no ayuda. Me parece mejor gradualmente focalizar en actividades que ayuden a superar el impacto de una adversidad, por ejemplo haciendo cosas que uno disfruta, recobrando ilusiones y volviendo  a tener planes y esperanzas.

 

4. No culparse por las adversidades. Muchas veces cometemos el error de culparnos por una adversidad. Suelo escuchar que los sobrevivientes de la pérdida de un ser querido dicen “no hice lo suficiente para salvarla de la enfermedad”, cuando en realidad hay muchos factores que pueden llevar a la muerte a una persona enferma. Pienso que  atribuirse la responsabilidad total por una muerte o una adversidad raya un poco la soberbia, ya que no somos Dios para saber lo que finalmente ocasiono, por ejemplo, la muerte de un ser querido.

 

Para enfrentar las adversidades es necesario mirar hacia adelante y valorar el regalo diario de Dios de estar vivos disfrutando de su creación. Vivir bien no implica la ausencia de adversidades, sino saber administrarlas.

Artículo escrito por Guido R. Britez Balzarini, publicado en ABC el 13/Oct/2014